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Nota del editor: Carlos Tunes es leader de Watson IoT para IBM América Latina.
Durante los últimos años el Internet de las Cosas ha ganado bastante popularidad y no es para menos, de acuerdo con datos la firma de análisis Gartner para el año 2020 habrá 20 mil millones de “cosas” conectadas a internet.
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En su expresión más sencilla, el Internet de las Cosas (también conocido como IoT, por sus siglas en inglés) se refiere a un conjunto de objetos físicos conectados que reciben y envían datos a través de internet. Este concepto también permite pensar en las llamadas ciudades inteligentes, pues a través de la expansión de la conectividad en nuestro entorno es como la innovación tecnológica puede seguir evolucionando y ser aprovechada en beneficio de los nuevos desarrollos urbanos.
En esencia, una ciudad inteligente es aquella que se ha planteado aumentar la calidad de vida de sus habitantes proponiendo soluciones tecnológicas de vanguardia para lograr su cometido.
En el proceso de transformación de una ciudad, el papel que juega la evolución de diversos objetos que dan sentido a una metrópoli es fundamental. Hablamos de automóviles, sensores de contaminación, semáforos y muchas otras cosas que emiten información a la nube -sí, una de las grandes claves de la innovación- en tiempo real. Esta data recolectada es entonces traducida por la Inteligencia Artificial en soluciones que permiten desde amplificar la comodidad del hogar, hasta mejorar el desempeño de la movilidad de toda una ciudad.
Lee: ¿Puede una ciudad ser más inteligente que sus habitantes?
Por ejemplo, los más de 381 millones de automóviles inteligentes conectados que habrá en 2020 ya no sólo te llevarán del punto A al punto B, sino que aprenderán cuáles son tus preferencias, tales como tu rutina diaria y al mismo tiempo compartirán información para mejorar el tráfico al momento.
Además, analistas prevén que para 2025 el impacto económico del Internet de las Cosas será de hasta 11 mil millones de dólares. Esto se debe a que la Inteligencia Artificial aplicada al Internet de las Cosas puede ayudar a potenciar un negocio, una empresa o una industria, mejorando procesos, facilitando el servicio al cliente y evitando errores en procesos de producción.
Se estima que a medida que la población y las ciudades crecen también aumenta la producción de datos a través de objetos inteligentes. Es por esto que las ciudades deben dirigir esta información a la creación de conocimiento que fortalezca el desarrollo sostenible y la calidad de vida de sus habitantes.
Lee: Por qué las ciudades necesitan a la nube
Es importante destacar que el IoT puede crear no únicamente ciudades más inteligentes, sino también seguras. Por mencionar un caso de uso, a través del IoT se puede monitorear desde la actividad y evolución de pacientes, hasta los interruptores de luz, estufas, electrodomésticos, puertas y ventanas en asilos, hospitales o clínicas de salud a lo largo de la ciudad. De esta manera, tanto el equipo médico especializado como los objetos de uso cotidiano, entenderán cuál es el comportamiento habitual en cada uno de estos entornos y podrán alertar en caso de que se presente una actividad inusual o emergencia.
La variedad de sectores que se ven favorecidos por el IoT es considerable, pues ronda desde la industria automotriz hasta la agroindustria. Por ejemplo, una de las mayores empresas de alimentos de Brasil implementó un proyecto para monitorear y controlar el volumen de granos almacenados en los silos. Desarrollado con IBM Watson, el proyecto involucró la automatización de los procesos a través del uso de IoT y la inteligencia artificial. De esta forma, equipos instalados dentro del silo de arroz capturan el volumen de granos almacenados y envían la información en tiempo real al sistema que puede ser consultado incluso de forma móvil. A partir de comandos de voz o texto, los empleados pueden solicitar información analítica generada por la plataforma de los silos, recibiendo los datos e informes exactos en sus dispositivos.
En conclusión, nos encontramos inmersos en una transformación digital en la cual cada objeto conectado evoluciona para emitir mayores cantidades de datos y mejorar nuestra calidad de vida por medio de inteligencia artificial y el Internet de las Cosas. En otras palabras, estamos parados en la frontera de una nueva era en la cual el hombre y la máquina, juntos, descubren niveles de eficiencia inéditos, descubriendo nuevas oportunidades para el desarrollo de ciudades más inteligentes y seguras.
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