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Cancún, QR. La construcción del Tren Maya implicará la confluencia de diversos sectores y dependencias para garantizar al máximo su sustentabilidad ambiental, coincidieron Rogelio Jiménez Pons, próximo titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y Pablo Careaga Córdova, coordinador del Tren Maya en el tramo Bacalar-Tulum.
Instituciones de renombre nacional ya están trabajando en los estudios ambientales y en atender, desde el punto de vista científico, cualquier inquietud que surja en torno al trazo de la vía férrea, explicó Jiménez Pons.
Se va a blindar el proyecto desde el ángulo ambiental, con asesorías de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y a ello se sumará una campaña informativa que iniciará en las próximas dos semanas para dar a conocer las características generales del proyecto, así como las bondades y beneficios económicos y sociales que se esperan concretar una vez que el tren comience a operar, indicó.
Jiménez Pons afirmó que han hecho sondeos que arrojan que más de 80% de la población en la península de Yucatán está de acuerdo con el proyecto, por lo que están confiados en un resultado favorable en la consulta venidera, pues también son conscientes de que hay otros sectores que no ven con agrado una inversión de esta magnitud.
El próximo titular de Fonatur señaló que ese ejercicio será independiente de la consulta a pueblos indígenas, que por ley tiene que aplicarse con otras características muy específicas y sólo en zonas en las que haya pueblos originarios que puedan verse afectados por el paso de la vía férrea.
Trabajos multisectoriales
Sólo en Chetumal, dijo, el proyecto vendrá acompañado de la reforestación de más de 50,000 hectáreas de selva, lo cual significa que crecerá al doble la extensión actual de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, además de que el programa generará más 40,000 empleos.
Careaga Córdova expresó que están trabajando en sumar al mayor número posible de sectores, tanto en lo académico como en lo social, e incluso cultural, pues consideran que sólo con un impulso multidimensional se podrá sacar adelante un emprendimiento de esta magnitud.
En lo académico, no están únicamente las principales universidades del país, sino también el Instituto Nacional de Antropología e Historia, las secretarías de Cultura, de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, así como la de Comunicaciones y Transportes.
Además, detalló que hasta el momento ya se han realizado diversos estudios de mercado, geológicos, hidrológicos y de mecánica de suelos; estrategias antiespeculación de tierras; elaboración de proyectos ejecutivos e ingenierías de detalle, regionalización y jerarquización de ciudades existentes en zonas aledañas al tren; planeación de obras preliminares, así como programas de capacitación y adiestramiento.
Al final, se pretende que el tren sea una experiencia para el visitante internacional que le permita desde el trayecto hacia su destino conocer aspectos de las culturas prehispánicas de la región, pero también se busca que sea una opción real de transporte económico para miles de trabajadores que se desplazan en el corredor Cancún-Riviera Maya, además de que en la parte de carga permita movilizar desde combustibles hasta producción local y ser distribuida en los cinco diferentes estados que tocará el tren en su recorrido, indicó.
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