Las nuevas terapias inmunológicas contra el cáncer de mama son prometedoras



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Los fabricantes de medicamentos se están enfocando en qué pacientes de cáncer se beneficiarán de las nuevas terapias inmunológicas y cómo encontrar muchas más de las que los escépticos habían pensado.

Por primera vez, un ensayo clínico mostró que un tratamiento con una nueva generación de medicamentos diseñados para desencadenar el sistema inmunológico del cuerpo contra los tumores puede ayudar a algunas mujeres con el tipo de cáncer más agresivo a vivir más tiempo. El estudio fue presentado por Roche Holding en la conferencia de cáncer más grande de Europa.

Estas medicinas, lideradas por la exitosa Keytruda de Merck & Co., se venden para más de una docena de diferentes tipos de cáncer, y las compañías farmacéuticas están trabajando obsesivamente para expandir sus aplicaciones con versiones más nuevas y mezcla de tratamientos. Según el Instituto de Investigación del Cáncer, financiado en gran parte por los fabricantes de medicamentos que buscan una buena parte de una previsión del mercado, para 2024 hay unos 1.300 tratamientos basados en el sistema inmunitario.

“Esto es solo la punta del iceberg”, subrayó Axel Hoos, jefe de investigación y desarrollo en oncología del gigante farmacéutico del Reino Unido GlaxoSmithKline, que está tratando de volver a la oncología después de vender sus productos existentes a Novartis AG en 2015. “Hay un poco de exageración, pero hay mucha sustancia“.

En la reunión de la Sociedad Europea de Oncología Médica, Roche reveló los resultados de un estudio que mostró que un grupo de pacientes cuyos tumores de mama dieron positivo a una proteína llamada PD-L1 vivió un promedio de 25 meses cuando recibieron una terapia inmunológica llamada Tecentriq: aproximadamente 10 meses más que otras que solo recibieron quimioterapia.

Las terapias inmunitarias irrumpieron en escena hace unos ocho años, cuando Yervoy de Bristol-Myers Squibb se convirtió en el primer medicamento de este tipo en extender la vida de las personas con melanoma, un cáncer de piel letal. Los éxitos en los cánceres de riñón y pulmón siguieron poco después.

Cuando las terapias inmunitarias funcionan, el efecto puede durar años, una de las razones por las que se las considera revolucionarias. Pero en la mayoría de los pacientes no ocurre nada útil, incluso en los tumores de la piel y los pulmones, donde se han observado algunos de los efectos más dramáticos.

Hay algunos cánceres en los que el sistema inmunológico simplemente no puede reconocerlo“, comentó Mace Rothenberg, directora de desarrollo para oncología del gigante farmacéutico Pfizer Inc. Al volar bajo el radar protector del cuerpo, los científicos se refieren a ellos como “tumores fríos”.

Las compañías están empezando a repensar su estrategia para los casos más difíciles, según dijo Dan O’Day, jefe farmacéutico de Roche. La prueba de los tumores de los pacientes para detectar proteínas y genes específicos ayudará a identificar a los que tienen más probabilidades de beneficiarse.

“Queremos alejarnos del concepto de administrar inmunoterapia contra el cáncer al 80 por ciento de los pacientes y que solo la mitad responde“, indicó en una entrevista. “Busquemos las otras opciones de tratamiento para los otros tipos de pacientes”.

El estudio de cáncer de mama de Roche ayudó a respaldar la idea de que hay formas en que los médicos pueden identificar más cánceres y someterlos a la terapia inmunológica. El medicamento utilizado en el estudio, Tecentriq, bloquea la proteína llamada PD-L1 que dificulta el ataque del sistema inmunitario contra los cánceres, y solo sirvió en las mujeres cuyos tumores tenían niveles altos de proteína.

O’Day sugirió que otro indicador en la búsqueda de respondedores podría ser la gran cantidad de mutaciones en un tumor. Es una estrategia que puede extender aún más el alcance de las terapias inmunológicas, como lo indican los estudios presentados en la conferencia. Los estudios de cánceres de colon y recto, que han sido menos sensibles a la terapia inmunológica, demostraron que los tumores con daño genético grave pueden ofrecer mejores objetivos para medicamentos como el Opdivo de Bristol y Yervoy.

Están realizando pruebas en cada tumor diferente que puedna imaginar“, indicó Richard Gaynor, jefe de investigación y desarrollo de Neon Therapeutics, una empresa de inmunología oncológica. “Habrá subconjuntos de pacientes dentro de cada grupo que puedan beneficiarse”.

Y en muchos casos, la terapia inmunológica puede necesitar ayuda. La pregunta es cómo empujar el sistema de protección del cuerpo para que actúe contra ciertos tumores, de acuerdo al director ejecutivo de Incyte Corp., Herve Hoppenot. Su compañía probó la estrategia a principios de este año, combinando su fórmula experimental con Keytruda de Merck, y fracasó.

Aún así, Incyte y otros fabricantes de medicamentos continúan en su búsqueda de formas de detectar tumores que hayan eludido la inmunoterapia.

“Estamos arañando la superficie”, comentó Luciano Rossetti, jefe de investigación y desarrollo global para biofarma de Merck Egaa con sede en Alemania. “Tenemos una primera ola de emoción real“.

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