Oaxaca de Juárez, 10 de noviembre. Desde hace mucho tiempo los investigadores saben que dos estructuras cerebrales, la amígdala y el hipocampo, están involucradas en el procesamiento de la emoción y el estado de ánimo, pero no conocen exactamente cómo.
Ahora, investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) han identificado una frecuencia única de ondas cerebrales asociadas con la comunicación entre estas dos estructuras cerebrales, la cual puede predecir un empeoramiento del estado de ánimo relacionado con la depresión y la ansiedad.
Registrando la actividad cerebral
Los investigadores aprovecharon la oportunidad de realizar electroencefalografía intracraneal (EEG) para medir la actividad de las ondas cerebrales de 21 pacientes con epilepsia, quienes esperaban una cirugía cerebral para la localización de sus convulsiones.
En estos pacientes se llevó el registro de una amplia gama de actividad cerebral en el transcurso de 7 a 10 días, centrándose particularmente en ciertas estructuras cerebrales profundas que se han implicado previamente en la regulación del estado de ánimo.
Durante ese lapso de tiempo, los pacientes registraron regularmente su estado de ánimo a lo largo del día.
Posteriormente, los investigadores utilizaron algoritmos computacionales para hacer coincidir los patrones de actividad cerebral con los cambios en el estado de ánimo informado por los pacientes.
Después de comparar la actividad de ondas cerebrales con los diarios de estado de ánimo autoinformados, 13 de 21 pacientes mostraron fluctuaciones en la actividad eléctrica a una frecuencia de ondas cerebrales en el rango de 13 a 30 ciclos / segundo, entre la amígdala y el hipocampo que se correlacionaron con el estado de ánimo deprimido.
Básicamente, este estudio ofrece un nuevo conjunto de herramientas y una nueva forma de ver cómo funciona el cerebro y cómo está conectado a los cambios de humor, y posiblemente, a algunas enfermedades mentales.
Potenciales nuevos tratamientos
Los investigadores resaltan que comprender cómo funciona esta comunicación podría permitir el desarrollo de nuevas formas de tratar selectivamente estas partes del cerebro.
El Dr. Edward F. Chang, afiliado al Instituto para la Neurociencia de la UCSF y coautor de la investigación, comentó:
“Estamos entusiasmados de descubrir cómo la comunicación entre la amígdala y el hipocampo contribuye al procesamiento emocional y cómo esta señal se correlaciona con los cambios en el estado de ánimo de las personas.”
Los autores del estudio expresan que los hallazgos de esta investigación podrían ser útiles para desarrollar nuevos tratamientos dirigidos a esta actividad en el cerebro, los cuales podrían, por ejemplo, tratar de controlar o disminuir el exceso de comunicación entre la amígdala y el hipocampo.