Asteroide que generó cráter de Chicxulub hizo “agua” la roca después del impacto



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Investigadores encabezados por Jaime Urrutia, del Instituto de Geofísica de la UNAM, analizaron muestras de roca en su más reciente expedición / Hallaron que la roca se “fluidiza”

Imaginemos la caída de una gota de agua sobre un recipiente con más líquido y la eyección que provocaría. De una forma similar, el asteroide de cerca de 15 kilómetros que extinguió a los dinosaurios hace 65 millones de años generó un impacto en la Tierra que provocó que la roca se comportara como un líquido, señala un estudio que publica Nature en su más reciente edición, el cual es encabezado por Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador emérito del Instituto de Geofísica de la UNAM.

En entrevista, el también miembro de El Colegio Nacional explica que el análisis de la roca extraída en la última exploración y perforación del cráter de Chicxulub en su parte oceánica refiere que el impacto desplazó las rocas horizontal y verticalmente desde profundidades grandes, que ahora casi se encuentran en la superficie, mediante un mecanismo conocido como “fluidización”. 

Este es el segundo artículo —titulado Rock fluidization during peak-ring formation of large impact structures— que el grupo de Urrutia publica este año en Nature como resultado de la expedición 364 del Programa Internacional de Descubrimiento Oceánico en el Chicxulub. “Este estudio es sobre los mecanismos de formación del cráter, que ocurrió en un periodo muy corto; los modelos indican que en unos cuantos segundos la onda de choque del impacto provocó una excavación de unos 20 o 25 kilómetros en la corteza”. 

El científico explica que en el impacto se fragmentaron todas las rocas y fueron expulsadas a grandes velocidades y altas temperaturas. Fue un fenómeno que liberó una gran cantidad de energía; en los siguientes minutos, la parte inferior del agujero se levantó por la presión de las rocas a los lados y generó lo que llaman “el levantamiento central de los cráteres”.

Posteriormente, colapsó y propició la formación de las estructuras del cráter. En muy poco tiempo, añade, se pasó de tener un agujero de 25 kilómetros de profundidad a un levantamiento central y luego la formación del cráter que es casi del doble de diámetro del agujero. 

“Siempre ha habido mucho interés por entender mejor los mecanismos de la formación del cráter y el comportamiento de la roca a estas presiones y temperaturas porque la excavación involucra un comportamiento frágil, las rocas se fracturan y rompen en diferentes tamaños. Estos son arrojados, pero la parte del levantamiento indica un comportamiento de viscosidad casi como si fuera un fluido”. 

ROCA QUE FLUYE. El investigador señala que los modelos para explicar dicho fenómeno funcionan mejor cuando se ponen viscosidades en tipo de agua, como cuando se levanta ese piquito en un del líquido al caer una gota. 

Entre los científicos ha existido mucho interés por entender cómo operan estos mecanismos y cómo la roca puede comportarse y ser deformada así en escalas de tiempo tan cortos. “Se habían realizado muchos estudios, pero no teníamos muestras de roca en el laboratorio para su análisis. La perforación que llevamos a cabo en el Chicxulub fue en estructuras desplazadas vertical y horizontalmente, un área conocida como el anillo de picos”.

Los investigadores estudiaron una secuencia de rocas que originalmente estaban en la corteza media, arriba de 10 y 15 kilómetros de profundidad, donde se observó cómo estas rocas son afectadas por el proceso natural de la formación. “El resultado apoyan la idea de que la roca es modificada por la deformación y tiene un comportamiento casi como un fluido”. 

Es así como observaron este desplazamiento horizontal y vertical, la llamada “fluidización”. El científico pone otro ejemplo para imaginar el fenómeno: si se compacta arena y se pone una bocina a la cual se le va subiendo la frecuencia, brincará gradualmente más y comenzará a disgregarse. Si se pone a vibrar, la arena se fluidiza y fluye como si fuera agua. Este tipo de proceso, donde un material muy rígido fluye también se conoce como fluidización acústica. 

“Lo que indican los resultados del Chicxulub es que la frecuencia de la vibración de choque fue muy alta, similar a cuando pasamos de frecuencias bajas graves a muy altas. Ese cambio en la frecuencia de la onda que se propaga en las rocas, es lo que hace la diferencia en los comportamientos, cuando pasa el periodo de frecuencia alta la roca se hace sólida de nuevo. Es lo que se ve en los cráteres: durante un periodo corto se observa un fluido y después se detiene, congela lo que sucedía con las rocas. Eso formó la estructura de anillo de picos”. 

La publicación es la cuarta del grupo internacional que forma parte de los resultados de la más reciente expedición, mientras tanto, los investigadores siguen analizando los datos para decidir qué estudios publicarán posteriormente —hace algunos meses, se reunieron en Mérida para discutirlo—. El grupo de Urrutia espera publicar su siguiente estudio el próximo año, mientras continúan caracterizando los núcleos extraídos en dicha expedición. Muchos más secretos del Chicxulub están por revelarse.

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