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La región, Latinoamérica, sufre el impacto directo del mayor drama humanitario en su historia contemporánea. Que siga la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, significa continuar aguantando un impacto demográfico, inmenso e inevitable. También, el desarrollo de peligros, no solo para los países de Suramérica, sino para Estados Unidos.
Grupos terroristas y militantes de fundamentalismos con pasaporte venezolanos; la incursión de China y Rusia; la expansión de bandas paramilitares como el ELN y las FARC; el aumento del tráfico de droga y los cárteles; y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
Es un drama que no se puede esquivar. Cuyas consecuencias alzan su voz; ¡exigen atención! Y lleva así años. Pero ya, luego de ensayar con los mecanismos democráticos e institucionales y constatar que el régimen está dispuesto a aniquilar a su propia población, las soluciones son menos. Las alternativas se descartan y va quedando, ahora, solo una: la intervención militar internacional.
Ya la salida no está en mano de los venezolanos —al menos no de los civiles—. Y para que el mayor drama humanitario de la región termine, para que Venezuela rescate su libertad, es necesario que los países del mundo lo decidan. Que algunos junten sus voluntades para imponer un basta. Y, afortunadamente, esto lo entienden algunas naciones.
De hecho, es una opción que desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la asomó, se discute con fuerza. Hasta el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, la defiende y propone. Pero ahora, con la llegada del pragmático Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil, la discusión podría escalar. La posibilidad de intervenir militarmente en Venezuela se hace más tangible.
Colombia, el país que sufre el mayor impacto del éxodo, lo sabe. Podría ver en Bolsonaro a un aliado que, también, timonee una incursión bélica en Venezuela. Esto, según las declaraciones de un alto funcionario del Gobierno de Iván Duque al diario Folha de Sao Paulo.
El funcionario, que prefirió mantenerse en el anonimato, dijo al medio brasileño que “si Bolsonaro ayuda a derrocar a Maduro con una intervención militar, tendrá el apoyo de Colombia”.
De acuerdo con la fuente diplomática citada por Folha de Sao Paulo, el Gobierno de Colombia no firmó el documento en el que el Grupo de Lima rechazaba una intervención, porque Duque no la descarta, aunque no desea ser el primero que la ejecute.
“Si es Trump, o Bolsonaro, el primero en colocar los pies en Venezuela para derrocar a Maduro, Colombia irá detrás sin vacilar”, aseveró el alto funcionario.
La fuente estaría comentando lo que piensa el presidente Iván Duque, influenciado, según dice, por su padrino político, Álvaro Uribe, quien en varias ocasiones ha manifestado su apoyo a una intervención en Venezuela para deponer a Maduro.
“Duque confía que, estando esa operación en curso, con Brasil, Colombia y quizá Estados Unidos involucrados, ellos participarían de alguna manera. La región ya no puede soportar un agravamiento de la diáspora venezolana”, se lee en el Folha de Sao Paulo.
Sobre el triunfo de Bolsonaro, el abogado especialista en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, Mariano de Alba, escribió: “Los países de Latinoamérica no han querido asumir el liderazgo internacional en contra del régimen de Nicolás Maduro, esperando (como casi siempre) que Estados Unidos lleve la batuta. ¿Cambiará eso con Jair Bolsonaro en la presidencia de Brasil? Veremos”.
Convencer a otros países
En julio de este año el medio Associated Press reveló que en agosto de 2017 Trump estaba decidido a intervenir en Venezuela. En ese momento el medio señaló que varios presidentes de la región, en una cena privada, disuadieron al republicano de la idea.
Durante los siguientes meses, varios diplomáticos de alto nivel, como el ex secretario de Estado, Rex Tillerson; el vicepresidente, Mike Pence; o el secretario de Defensa, James Mattis, emprendieron giras por Latinoamérica para discutir, sobre todo, la crisi venezolana y sus posibles soluciones.
Ahora, de acuerdo con el diario Folha de Sao Paulo se sabe que Colombia —que estaría sumándose a los esfuerzos de Estados Unidos— estaría conversando con Chile y Argentina para persuadirlos a respaldar la alternativa de una intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro. Sin embargo, “estos países se mostraban más resistentes a apostar por esta opción”.
Y, con respecto a la victoria de Bolsonaro, se sabe que una de las primeras llamadas que recibió el triunfador fue del presidente Donald Trump y del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo. El tema principal que conversaron fue el de la crisis venezolana.
Sobre la llamada, Trump tuiteó: “Tuve una muy buena conversación con el recién electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ganó con un margen importante. Acordamos que Brasil y Estados Unidos trabajarán juntos en materia comercial, militar y todo lo demás”.
Llama la atención la palabra «militar» en el tuit del presidente Donald Trump.
Colombia niega pretensiones belicistas
Folha de Sao Paulo es un medio prestigioso. Respetado. Pero el canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, reaccionó a la nota del diario brasileño. Aseguró, en un comunicado, que ni su país ni el presidente Iván Duque tienen una postura belicista. Dijo que invertirán sus esfuerzos en acciones políticas o diplomáticas para que los venezolanos rescaten su democracia.
Comunicado de prensa: Colombia rechaza versiones sobre una supuesta sugerencia de nuestro país al Presidente electo de Brasil para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro pic.twitter.com/4i2MzC8ch0
— Cancillería Colombia (@CancilleriaCol) October 29, 2018
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