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Un nuevo estudio elaborado por el Hospital Boston Children, junto a la Universidad Estatal de Framingham (EE.UU.), revela que las dietas bajas en carbohidratos pueden ayudar a las personas a mantener la pérdida de peso, lo que favorece que el tratamiento de la obesidad sea más efectivo.
Los resultados, publicados hoy en la Revista Médica Británica (BMJ, por sus siglas en inglés), determinan que muchas personas recuperan el peso que han perdido entre los doce y 24 meses de su dieta, en parte, porque el cuerpo se adapta y el metabolismo se ralentiza, lo que provoca que se quemen menos calorías.
La investigación se centró en examinar el peso de 1.685 participantes expuestos a una dieta controlada durante veinte semanas, así como en medir la secreción de insulina, las hormonas metabólicas y el gasto total de energía, es decir, las calorías quemadas.
“Este análisis es el estudio sobre alimentación más grande que se ha realizado para probar el ‘Modelo de carbohidratos e insulina’ y proporciona una nueva forma de enfocar el tratamiento contra la obesidad”, recalca el investigador principal, David Ludwing.
De acuerdo con este modelo, “los carbohidratos procesados que inundaron las dietas bajas en grasas elevaron los niveles de insulina y, como consecuencia, las células grasas almacenan un mayor número de calorías”, explica.
En este sentido, con menos calorías disponibles para el resto del cuerpo, el hambre aumenta y el metabolismo se ralentiza, desembocando así en el aumento de peso.
Durante el estudio, los participantes de dividieron en tres grupos y se les asignó un tipo de dieta con cantidades diferentes de carbohidratos para comparar el gasto de energía que se destinaba a la hora de quemar calorías.
Los resultados demostraron que el gasto de energía total era significativamente mayor en la dieta baja en carbohidratos, pues los participantes quemaron alrededor de 250 calorías más por día que aquellos que habían seguido la dieta con una mayor ingesta de carbohidratos.
Esto “se traduciría en una pérdida de peso de aproximadamente veinte kilos después de tres años”, asegura la investigadora Cara Ebbeling.
Asimismo, según subraya el estudio, la diferencia en la quema de calorías entre las dietas bajas y altas en carbohidratos fue mucho mayor en aquellas personas con altos niveles de secreción de insulina con un promedio de 400 calorías quemadas por día.
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