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Una votación cerrada y un reconteo manual, dos cosas que no son ajenas a las elecciones en Florida, como recordarán quien vivieron el traumático proceso de 2000 que dio el triunfo en el estado y finalmente en el país al republicano George Bush sobre el demócrata Al Gore por unos pocos cientos de votos.
El fantasma del 2000 se vuelve a presentar en esta elecciones de mitad de periodo con los estrechos márgenes reportados en las contiendas del Senado de EEUU y la gobernación de Florida, que se han ido reduciendo en las últimas horas, pese a que los aspirantes republicanos se han declarado ganadores.
En la carrera por el puesto en la Cámara Alta, la tarde de este jueves, el republicano Rick Scott registraba apenas 17,344 votos más que su competidor, el actual senador demócrata Bill Nelson. Eso, representa una diferencia de sólo 0.2%.
Por su parte, en la contienda entre los candidatos a gobernador, el republicano Ron DeSantis y el demócrata Andrew Gillum, la diferencia se redujo a 38,517 votos, es decir, el equivalente a 0,4% de los votos.
De acuerdo con la ley de Florida, es obligatorio un recuento de votos cuando la diferencia entre ambos candidatos es de 0.5% o menos. La diferencia es tan pequeña, que el conteo en esa disputa podría ser manual.
A pesar de lo cerrado del margen, Scott pronunció un discurso de victoria el martes por la noche y DeSantis hizo otro tanto, luego de que Gillum reconociera la derrota. Sin embargo, esas declaraciones no pueden ir contra lo que manda la legislación estatal.
La elección del Comisionado de Agricultura de Florida también irá a recuento porque la diferencia registrada el jueves en la tarde, era de apenas mil votos.
Los resultados estatales no oficiales deben ser reportados a la oficina de elecciones del estado antes de que se pueda ordenar oficialmente un recuento.
Georgia
En el caso de Georgia, la candidata demócrata a la gobernación, Stacey Abrams, no acepta que su contrincante Brian Kemp se autodeclare ganador de las elecciones del martes y advierte que presentará un recurso legal para forzar a que se espere el conteo de la última boleta electoral.“Nuestro oponente ha hecho que su oficina lo declare el vencedor y nosotros no aceptamos eso”, dijeron representantes de la campaña de Abrams en una conferencia telefónica.
Kemp, quien la mañana del jueves renunció a su cargo de secretario de Estado estatal, está adelante en el conteo por 63,000 votos o 50,3% del total, mientras que Abrams obtiene el 48,7%.
El republicano finalmente renunció a su puesto, pero no por las quejas recurrentes de la campaña demócrata sobre su supuesta falta de transparencia en la administración de las elecciones, sino para empezar a organizar la transición del gobierno estatal.
Los demócratas consideran que hay varios miles de votos que podrían reducir la ventaja del republicano y hacerlo caer por debajo del 50%, lo que, de acuerdo con la ley estatal, dispararía una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados.
“Basado en el conteo presentado por la oficina del secretario de Estado, el margen de ventaja de Brian Kemp es tan grande que el número de votos provisionales y boletas del exterior no cambiarán su victoria”, dijo la portavoz de la campaña republicana Cody Hall.
“Sencillamente es matemáticamente imposible por Stacey Abrams ganar o forzar a una segunda vuelta”, afirmó Hall .
Ni la agencia AP, ni otros medios han declarado ganador en esta competencia. El departamento de Estado tampoco ha certificado el triunfo de ninguno de los contendientes e indica que su fecha límite para hacerlo es el 14 de noviembre.
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