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El lunes pasado, el neurofisiólogo Rodolfo Llinás (Bogotá, 1934) bajó de su habitación al vestíbulo del Hotel Quito y no encontró a sus anfitriones, los funcionarios del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Entonces decidió tomar un taxi hacia la IX Feria Internacional del Libro y la Lectura (FILL) en la que es uno de los conferencistas magistrales.
Al igual que el escritor japonés Haruki Murakami (Tokio, 1949), el científico colombiano vino con la intención de visitar las islas Galápagos. Así lo confirmó la revista Semana, pero él quiere sobrevolar el archipiélago, ver su estructura.
La semana pasada, Llinás recibió el reconocimiento más prestigioso en el campo que investiga, el Premio Ralph W. Gerard que otorga la Sociedad de Neurociencias. Luego viajó de Estados Unidos -donde reside y es profesor de la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York- a Bogotá para dictar una conferencia en la Universidad Javeriana. De ahí llegó a Quito para dar una conferencia magistral en el marco de la FILL.
“La vida es inevitable” fue el título de su ponencia, que presentó el genetista César Paz y Miño el domingo pasado, en el Centro de Convenciones Metropolitano.
El Premio W. Gerard existe desde 1978 y resalta la trayectoria científica. “La Sociedad de Neurociencias se complace en presentar este premio al Dr. Llinás, quien ha alcanzado una excelencia académica excepcional con un impacto impresionante en la neurociencia a lo largo de una larga y distinguida carrera”, dijo el presidente de la asociación, Richard Huganir, en su discurso. “Su investigación ha mejorado significativamente nuestro conocimiento de la membrana biofísica de las neuronas”.
La premiación fue en San Diego, California, frente a seis mil asistentes. Llinás plantea que las neuronas no son entidades pasivas que transmiten un mensaje electroquímico de una a otra, sino que cada una tiene propiedades individuales. Una teoría distinta a lo que se creía desde que el español Santiago Ramón y Cajal describió con precisión la anatomía y fisiología neuronales.
Por los pasillos de la FILL en la capital, el profesor colombiano pasea con la curiosidad de un lector que ha sido invitado a la audiencia del escritor inglés Geoff Dyer (Gloucestershire, 1958), a quien le pregunta si ha encontrado el placer que genera la lectura de Don Quijote de la Mancha en otro libro.
El ateísmo del maestro
“La enfermedad de Alzheimer es un proceso bioquímico, tiene que ver con la genética”, dice el autor de El Cerebro y el mito del Yo. El papel de las neuronas en el pensamiento y el comportamiento humanos, libro que alguna vez prologó el Nobel Gabriel García Márquez (1927-2014), con quien mantuvo amistad.
“En el caso del hombre la memoria es importantísima, es un sistema facilitatorio de la actuación. Recordar implica que no haya que descubrir todos los días”, explica en un vestíbulo de hotel.
En 1993, el entonces presidente de Colombia, César Gaviria, recibió de Llinás y de un grupo de intelectuales una propuesta para transformar la educación y hacer despegar el desarrollo del país. Las ideas de la Misión de Sabios no se han aplicado.
¿La propuesta incluyó una política pública para la cultura? Era el centro de todo. “Sin educación y ciencia no hay futuro y hay que enseñar en contexto para que la gente entienda y recuerde”.
La conversación con el neurofisiólogo Rodolfo Llinás -que se publicará en la revista Cartón Piedra del viernes 16 de noviembre- continuó con la idea de Dios, “una entidad que no existe”.
“Soy antirreligioso, ateo, me parece que la religión es un problema porque genera ‘verdades’ que no existen y niega cosas que son verdad. Es una metodología de satisfacción social en que un grupo controla al otro (…) El humano es un animal político y la razón porque se desarrolló la religión es, en los pobres, para pedir cosas y, en los ricos, para controlar”, sentenció. (I)
Neurociencias
Trayectoria científica
Rodolfo Llinás es el único colombiano en ganar el Premio Ralph W. Gerard en Neurociencias dedicado a la trayectoria científica. También recibió el Premio Bernard Katz de la Sociedad de Biofísica, en 2011 y da cátedra en Nueva York, EE.UU.
84 años tiene el científico Rodolfo Llinás. Suma nueve doctorados honoris causa en cuatro países.
Otros reconocimientos
Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos desde 1986 y ganó la medalla de oro Albert Einstein de la Unesco en 1991, también integra la Academia de Ciencias de Francia en 2002.
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