Las neuronas que tenemos en el estómago podrían estar renovándose cada dos semanas La Crónica del Quindío



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Un estudio sugiere que un desequilibrio en la capacidad del intestino para repoblarse con nuevas neuronas y eliminar las muertas podría conducir a la enfermedad de Parkinson.

Las neuronas que tenemos en el estómago podrían estar renovándose cada dos semanas

Desde hace poco se sabe con certeza que el sistema nervioso se extiende hasta el sistema digestivo. Sin embargo, la relación entre este este sistema nervioso entérico y el cerebro, aún no está del todo clara. Para comprenderlo, un equipo de investigadores en EE.UU. ha realizado estudio con ratones y ha encontrado que las neuronas que conforman su sistema nervioso entérico se reemplazan casi por completo cada dos semanas.

Además, los resultados del estudio, que han sido presentados en la reunión anual de la Society for Neuroscience en San Diego, sugieren que un desequilibrio en la capacidad del intestino para repoblarse con nuevas neuronas y eliminar las muertas podría conducir a la enfermedad de Parkinson.

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Neuronas van, neuronas vienen

“Los problemas con el balance de la rotación de las células, no las neuronas en sí, pueden causar complicaciones y enfermedades gastrointestinales”, dijo durante el encuentro, Subhash Kulkarni de la Johns Hopkins University, Maryland.

Él y su equipo encontraron que las neuronas intestinales en el revestimiento intestinal de los ratones están muriendo constantemente a un ritmo bastante alto. Casi un tercio de las neuronas intestinales de los ratones se perdieron después de siete días. Pero las neuronas muertas no se acumulan, éstas son eliminadas por macrófagos, un tipo de célula inmune que come bacterias y virus.

Los investigadores notaron que el intestino debía producir nuevas células para reemplazar las neuronas que habían muerto y habían sido barridas. Descubrieron que el intestino tiene células madre que proliferan extremadamente rápido. En los ratones, después de dos semanas, el 88% de las neuronas situadas entre las dos capas de músculos en el intestino delgado se formaron nuevamente. En otras palabras, hay una gran cantidad de renovación celular, pero la cantidad de neuronas sigue siendo la misma.

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Relación con el Parkinson

No solo eso, Kulkarni sospecha que la acumulación de sinucleína alfa, una proteína cuya acumulación puede sofocar las señales nerviosas en los cerebros de las personas con la enfermedad de Parkinson, podría ser una consecuencia del recambio neuronal.  

“Si algo sale mal con los mecanismos de limpieza, o si tenemos interferencias entre la generación constante de nuevas neuronas y la limpieza constante, entonces habrá una acumulación de residuos”, dice. “Y mientras más escombros se acumulen, mayores serán los grupos de sinucleína alfa que pueden llegar a ser”, añade.

Para apoyar su hipótesis, Kulkarni dice que su equipo tiene datos preliminares de un nuevo estudio. Al alterar la cantidad de macrófagos presentes o la rapidez con la que las neuronas se repoblan en el intestino del ratón, los investigadores manipulan el ratio de vida/muerte celular. Cuando lo hacen, ven los inicios de la acumulación de las proteínas que conducen a la enfermedad de Parkinson, dice Kulkarni.

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Sin embargo, no todos los especialistas están totalmente de acuerdo con lo propuesto por Kulkarni. “No dudo de sus hallazgos, pero no creo que sea toda la historia”, dice a New Scientist, Ruth G. Perez, investigadora de Parkinson en la Texas Tech University en El Paso. “Si el recambio neuronal es tan rápido, ¿por qué seguimos viendo esta acumulación de proteínas en los pacientes de Parkinson?”.

La relación entre el sistema digestivo y la enfermedad de Parkinson están comenzando a entenderse cada vez con más claridad. Hace menos de una semana, científicos del Instituto de Investigación Van Andel en Michigan —EE.UU.— encontraron que la mencionada enfermedad neurodegenerativa podría tener su origen en el apéndice. 

 

Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma



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