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En una carrera contrarreloj por finalizar el recuento de cientos de miles de votos antes del plazo del jueves a las 3 p.m., los funcionarios electorales en Broward llegaron a la mitad del proceso y confían con terminar a tiempo.
La supervisora de Elecciones, Brenda Snipes, dijo que se están contando 68,000 boletas por hora y que el proceso debería concluir el jueves por la mañana.
Los empleados del Departamento de Elecciones continuaron el recuento durante la noche del martes y la mañana del miércoles, procesando miles de boletas por hora en máquinas de tabulación por una segunda ocasión.
“Completaremos el recuento. Nunca ha habido un plazo que no hayamos cumplido”, declaró Snipes.
En Miami-Dade, mientras tanto, las autoridades electorales dijeron el martes en la noche que el recuento había concluido pero que necesitaban un segundo proceso de control de calidad.
Y en Palm Beach, la supervisora de Elecciones, Susan Bucher, dijo que las viejas máquinas de tabulación eran demasiado lentas para terminar el recuento de votos antes del jueves a las 3 p.m.
Pero toda la atención sigue puesta en el condado Broward, que ha estado en el centro de la tormenta desde el día posterior a las elecciones del 6 de noviembre.
Y la supervisora Snipes habló incluso de la posibilidad de renunciar cuando termine el proceso.
Este condado ha sido el centro de atención de los candidatos al Senado por Florida, el demócrata Bill Nelson, quien busca la reelección, y el republicano Rick Scott, actual gobernador de Florida, que obtuvo unos 12,500 votos más (0.15 %), una diferencia estrecha que, por ley, obligó al recuento.
Los abogados de Nelson han denunciado la posibilidad de que en Broward, de mayoría demócrata, el diseño de la papeleta y la falta de calibración de alguna máquina originaron que unas 25,000 papeletas no registraran el voto por el Senado y sí por la Gobernación.
Entre tanto, Scott, que ha acusado a su oponente de intentar “cometer fraude”, ha presentado sendas demandas contra las autoridades electorales de Broward y el condado Palm Beach, en las que alega demoras, mala gestión del proceso y escrutinio de papeletas fuera de la fecha límite.
Las denuncias públicas de Scott han tenido eco en el senador republicano Marco Rubio y también en el presidente Donald Trump, que ha escrito en Twitter que hubo un “robo” en las elecciones, papeletas “falsificadas” o que “aparecen de la nada” y la imposibilidad de un “recuento de votos honesto”.
Sin embargo, el lunes el juez Jack Tuter, de Broward, rechazó una de las demandas de Scott y pidió cordura en las declaraciones.
“Si alguien en este condado tiene evidencia de fraude electoral, debe informarlo. Necesitamos tener cuidado con lo que decimos”, aseguró el juez.
El recuento de votos en los 67 condados de Florida busca aclarar también quién es el ganador de la Gobernación, cargo que disputan el ex congresista republicano Ron DeSantis, que fue avalado por Trump, y el demócrata Andrew Gillum, alcalde de Tallahassee y respaldado por el ex presidente Barack Obama.
Segun el escrutinio inicial, DeSantis aventajó por unos 33,500 (0.44 %) votos a Gillum y la estrecha diferencia también en este caso obligó a contar de nuevo los votos.
La ley de Florida establece la obligatoriedad de volver a contar todos los votos cuando la diferencia entre dos candidatos es de 0.50 puntos o menos al finalizar el escrutinio.
Si después del recuento automático la diferencia es de 0.25 puntos o menos, se debe realizar un recuento manual de las boletas cuestionadas.
Los condados tienen hasta este jueves para entregar el recuento de los votos en las máquinas y, según los resultados, el secretario de Estado de Florida, Ken Detzner, decidirá si se debe hacer recuento manual.
Sin embargo, condados como Palm Beach han anunciado que no podrán cumplir con el plazo y que esperan que Detzner lo amplíe en consideración de que existen maquinarias “obsoletas” que el mismo estado ha certificado.
En caso de incumplimiento con el recuento, valdrán los resultados que ya fueron reportados.
Tanto Nelson como Gillum han hecho por su parte un llamado al conteo de “todos” los votos válidos.
Adicionalmente, Nelson presentó el lunes una demanda federal contra Detzner por no contabilizar los votos enviados por correo postal y que llegaron a los entes electorales después del día de las elecciones.
El demócrata ha denunciado además que algunos condados del noroeste de Florida, afectados este año por el huracán Michael, habrían votado por correo electrónico o fax, lo cual está prohibido.
Scott, candidato al Senado, ha recibido críticas por haber cuestionado el sistema electoral del estado, dado que lleva de gobernador casi ocho años y es la máxima autoridad de Florida.
Otros consideran además que no es ético que siguiera ejerciendo de gobernador y a la vez fuera candidato, dado que las autoridades electorales dependen de él.
Nelson dijo en una conferencia de prensa en Washington que debería apartarse totalmente del proceso electoral.
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