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A falta de dos horas para el comienzo del repechaje entre Argentina y Panamá, en los alrededores del estadio Julio Humberto Grondona de Sarandí ya se sentía un clima especial. El escenario era distinto al que se vive cada fin de semana en el fútbol argentino: esta vez, fueron en su mayoría mujeres las que conformaron la hinchada.
De a poco, las tribunas se fueron colmando de aquellas que juegan, que miran, que sienten y que viven por ese deporte que tanto las apasiona, pero que muchas veces se sienten marginadas de un ámbito que les suele resultar hostil.
Desde muy temprano, fueron las familias de las jugadoras las que propiciaron el clima festivo. Con las camisetas argentinas que en la espalda llevaban grabado el nombre de su respectiva hija, hermana, sobrina o nieta, repartieron a los presentes los globos y el cotillón para poder darles a las integrantes de la Selección un recibimiento especial.
Las caras de las futbolistas cuando salieron al campo de juego para hacer el calentamiento previo, con gestos entre la emoción, la alegría y la incredulidad por el marco, fueron más que elocuentes.
La familia de Aldana Cometti fue una de las más efusivas en la previa del encuentro. Su papá Daniel y su mamá Rosa, que recordaron cuando la defensora jugaba con su hermano en el barrio y sus comienzos en el club Excursionistas, revelaron algunos de los secretos del éxito de este equipo. “Ella nos cuenta que se armó un buen grupo, que son muy amigas y que se apoya unas a otras”, dijeron a Infobae.
“Nosotros siempre la apoyamos para que hiciera lo que tuviera ganas: la llevamos a todos lados, la acompañamos y le dimos ánimo para que hiciera lo que gusta”, contaron los padres de Cometti, una de las integrantes del plantel argentino que está más acostumbrada a la masividad del fútbol femenino por haberse consagrado recientemente campeona con el Atlético Huila de Colombia, país en el que la disciplina es profesional y muy convocante entre los hinchas.
Quienes vinieron de un poco más lejos fueron los padres y los tres hermanos de la compañera de zaga de Cometti, Agustina Barroso. Los cinco llegaron desde Tandil para alentar a la defensora del Madrid CFF de la Liga de España. “Ella está entusiasmada, muy animada y muy positiva”, señalaron sobre el estado de ánimo de la jugadora previo al inicio del repechaje.
Las historias de Cometti y de Barroso tienen un punto en común: ambas en algún momento de su vida tuvieron que elegir entre el fútbol y otro deporte. En el caso de la porteña, era el hockey, y en el de la tandilense, el básquet. En ambas, primó la pasión por el deporte en el que hoy brillan.
“Sentimos mucha emoción. Siempre la hemos visto en canchas más chicas o por televisión. Para nosotros esto es muy impresionante“, expresó la mamá de Barroso sobre el marco que tuvo el partido en la cancha de Arsenal. En tanto que, el papá, fue más allá y pidió por un compromiso real hacia el fútbol femenino: “Ojalá todo esto se reafirme con seriedad por parte de la AFA y les den el lugar que se merecen”.
En las populares, en tanto, el marco espectacular lo aportaron las agrupaciones de fútbol femenino, las integrantes de los equipos de los diversos clubes y las hinchas que se acercaron para alentar a la Selección y, además, para ser parte de un día que podría marcar un antes y un después para la disciplina en la Argentina.
El fútbol jugado, mirado y protagonizado por mujeres en todas sus instancias tiene una carga política imposible de evadir, sobre todo en los tiempos que corren. La masiva convocatoria del repechaje fue parte de una necesidad de reclamar ese espacio como propio, de dejar atrás definitivamente los obstáculos, las trabas, los prejuicios, los estereotipos y las discriminaciones que alejan al género femenino del juego.
Por eso no sorprendió que, a los 35 minutos del primer tiempo, desde una de las cabeceras haya bajado un cántico claro: “Aborto legal, en el hospital”. Las demandas de las mujeres se reflejaron también en un ámbito que muchas veces parece despojado de profundidad y desconectado de problemáticas más urgentes, como es el del deporte.
El festejo tras el contundente triunfo por 4-0, que deja a la Argentina a un paso del Mundial de Francia 2019 a falta de la disputa de la revancha el próximo martes en Panamá, mostró a algunas jugadoras con pañuelos verdes. La arquera Vanina Correa fue una de las que exhibió el símbolo de la lucha por el aborto legal en el país.
Ganar derechos, conquistar espacios antes vedados, lograr reconocimientos. En Arsenal, la selección de fútbol femenino ganó mucho más que un partido: puso sobre la mesa la necesidad de dejar de excluir y de apostar a las mujeres en el deporte. Tal vez, el repechaje sea el puntapié para una verdadera transformación. Bienvenida sea.
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