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La alcancía es una cosa del pasado para los chicos del mundo de hoy, en el que el dinero en efectivo tiende a desaparecer.
En todo caso, lo que perdura tal vez es una alcancía virtual.
Roland Hall, quien tiene dos hijos pequeños, apeló a una aplicación que ofrece tarjetas de crédito prepagas para sus hijos de ocho y diez años porque los consideró demasiado chicos como para tener tarjetas de banco tradicionales. Los niños pueden gastar el dinero que les da mensualmente online o haciendo contacto con aparatos que las reconocen en los negocios. Puede parecer una receta para el despilfarro. Pero no lo es necesariamente.
“Cuando los chicos tienen efectivo lo quieren gastar rápido. Quieren ir a los negocios y comprar tonterías”, dice Hall, director de proyectos de IT. Pero la aplicación les permite revisar los balances online “y eso los pone a pensar y quieren ahorrar más que gastar”.
La aplicación, llamada gohenry, es parte de una ola de herramientas digitales combinadas con tarjetas prepagas para niños de hasta seis años, a las que los padres tienen acceso. Son instrumentos importantes que enseñan a administrar el dinero y a ahorrarlo, y que están remplazando a la vieja alcancía. Se dice que ayudan a aprender a manejar el dinero incluso en una era en la que el efectivo tiende a desaparecer.
Adiós a la alcancía
A nivel mundial, la cantidad de transacciones sin efectivo subió un 11.2 por ciento en el 2015 respecto al año previo y representó $433,000 millones, de acuerdo con el Informe de Pagos Mundiales de las firmas de servicios financieros Capgemini y BNP Paribas. Gran Bretaña, Canadá y Suecia son algunos de los países donde circula menos dinero en efectivo, según el portal ForexBonuses. La mayor parte de las transacciones se hace mediante tarjetas que permiten pagar simplemente acercándolas a una terminal de pagos.
En China, donde todo el mundo paga con el teléfono, Alipay y WeChat Pay permiten que se abran cuentas para adolescentes. Hong Kong ofrece una versión para menores de su tarjeta Octopus, que emplea tecnología vieja.
En Estados Unidos hay un sistema bancario tan fragmentado que la mayoría de las tarjetas tienen que ser pasadaspor las máquinas y a veces requieren una contraseña. Pero en las grandes ciudades hay cada vez más opciones de pagar sin efectivo. En los negocios que no aceptan efectivo, los adolescentes tienen problemas para pagar.
“Los padres están dispuestos a pagar para resolver un problema que los bancos no resuelven”, ayudando a los menores a lidiar con el dinero virtual, expresó Stuart Sopp, director ejecutivo de Current, un startup especializado en la tecnología de las finanzas.
¿Se ahorra más?
Current , gohenry y otros como Nimbl y Osper en Gran Bretaña, Spriggy y Famzoo en Australia y Greenlight en Estados Unidos operan siguiendo principios parecidos. Cobran una comisión mensual o anual por las tarjetas de débito prepagas. Los padres pueden transferir dinero de sus cuentas, poner límites a lo que los hijos pueden gastar y bloquear ciertas transacciones, como las compras online.
Las aplicaciones envían mensajes instantáneos sobre cada operación a los padres, a quienes les encanta esa función, según el director ejecutivo de gohenry Alex Zivoder.
Hall dice que su hijo Ralph, de ocho años, está ahorrando para comprarse unos botines de fútbol que cuestan $92 y un PlayStation, mientras que su hija Lilly, de diez, ahorra para comprarse zapatos o ropa. Los dos muchachos ahorran además dinero para otras cosas a partir del videojuego Fortnite.
Hall afirma que decidió usar la aplicación porque quiere “que ellos aprendan el valor del dinero”.
No todos están de acuerdo
Los pagos virtuales, no obstante, pueden no ser una buena idea, según un estudio encargado en el Reino Unido por Prudential el año pasado. El 78 por ciento de los maestros consultados y el 37 por ciento de los padres opinaron que pueden dificultar la compresión del dinero por parte de los menores.
Más de una cuarta parte dijo que las tarjetas que funcionan tan solo mostrándolas alientan a que gasten más y no los ayuda a desarrollar la capacidad de hacer cálculos mentales ni de administrar dinero.
Participaron en el estudio 501 padres. No se dijo cuál fue el margen de error.
Esas son inquietudes válidas, según Russell Winnard, director de programas y servicios de Young Money, una organización caritativa. Acotó, sin embargo, que las aplicaciones pueden ayudar a los padres a explicarles a los hijos cómo funciona el dinero.
“Los jóvenes ven cada vez menos transacciones con efectivo, hay que explicarles cuidadosamente lo que sucede a cada paso porque todo es muy abstracto”, indicó Winnard.
Paddy Kelly, otro usuario de gohenry, dijo que empezó a utilizar la aplicación porque quería que su hija Ailish, de ocho años, aprendiese a ahorrar y mejorase en matemáticas.
La niña tenía una alcancía llena de monedas, pero su hermanito menor se la vaciaba.
Kelly dijo que la niña está ahorrando dos libras por semana para reunir 20 libras y poder comprar un jerbo como mascota. Calcular cuánto tiempo va a necesitar para llegar a esa cifra es mejor que tratar de hacer unos cálculos abstractos que la “enfurecían”, comentó.
“Piensa en el dinero de una forma más inteligente”, dijo Kelly. “El dinero es un concepto tan abstracto que en el mundo de hoy, tiene sentido” el que los niños usen aplicaciones para manejar dinero online.
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