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¿Alguna vez se automedicó un antibiótico para tratar un resfriado o una gripa común? Déjeme decirle que no solo ha jugado con su salud, sino que se puede enfrentar a un problema más grave: la resistencia antimicrobiana.
Esta es la semana de concientización sobre la resistencia antimicrobiana o farmacorresistencia, que es la capacidad que tienen los microorganismos como bacterias, virus y algunos parásitos, de impedir que los antibióticos actúen contra ellos. Cuando esto pasa, los antibióticos dejan de ser eficaces, lo que hace que las infecciones persistan y que además se puedan transmitir de una persona a otra. La doctora Catalina Hoyos, directora médica de Pfizer para Colombia y Venezuela, afirma que este problema es una “amenaza a la salud pública”.
“Los antibióticos son medicamentos que nos permiten luchar contra las bacterias, así que cuando hay enfermedades ocasionadas por virus, por parásitos o son de tipo inflamatorio, se tienen otros tratamientos para cada una de ellas”, explica.
La experta responde:
¿Para qué enfermedades se usan los antibióticos
y para cuáles no?
– “Cualquier enfermedad que sea ocasionada por una bacteria tiene que ser tratada con antibióticos. Pero muchos de los casos de gripa o resfriado común (se puede decir que un 60 o 70 %), son ocasionados por virus. Si la causa es viral no se debe usar un antibiótico, porque la persona no tiene infección relacionada o producida por una bacteria.
En una enfermedad donde la etiología es viral, tiene que hacerse un tratamiento acorde a esta condición, es decir usar antiinflamatorios, antipiréticos (antifebriles). Si hay casos de alergia, se usan los antihistamínicos, pero nunca antibióticos”.
¿Por qué es importante usar bien los antibióticos?
“Como ellos son los que combaten las infecciones por bacterias, son los que hacen que se debilite (recordemos que los humanos tenemos millones de bacterias, buenas y malas en el organismo). Pero cuando no se necesita y se suministra un antibiótico al organismo, lo que se hace es que las bacterias muten (cambien), se vuelvan resistentes a ese antibiótico y que después, cuando haya una enfermedad en la que se requieran estos medicamentos, se necesiten antibióticos de mayor espectro, más costosos o en el peor de los casos, estos antibióticos no le hagan efecto. Por eso es importante dar el tratamiento adecuado para la infección o la enfermedad que es”, dice la experta.
Entre las infecciones que se están volviendo más difíciles de tratar, están las infecciones por neumococo (que provocan la pulmonía, las infecciones de oído, la sinusitis, la meningitis), infecciones en la piel y la tuberculosis.
En el marco de la Semana mundial de concientización sobre el uso de antibióticos, que se celebra hasta el 18 de noviembre, Pfizer invita a través de su campaña ‘Pequeñas acciones salvan millones de vidas’ a actuar para enfrentar esta amenaza global.
“En esta campaña todos estamos llamados a ser más conscientes sobre el uso adecuado de los antibióticos. Para médicos, pacientes, la comunidad en general, e incluso desde las farmacias, debe haber una concientización donde deriven los cuadros que les llegan, por ejemplo, con infecciones respiratorias y que inviten a los usuarios a que asistan al médico, que es el que tiene que examinar y decidir cuál es el tratamiento adecuado. Todos desde la comunidad debemos respetar las fórmulas que nos dan los médicos, terminar los antibióticos a tiempo, no formular a los parientes, no sé si te has dado cuenta de que dicen ‘a mí me sirvió este antibiótico’, y se lo dan a la tía o a la abuela. Debemos dejar la decisión de usar antibióticos a cargo del médico, quien es el único que sabe en qué momento debería darles estos medicamentos a los pacientes”, finaliza Hoyos.
Recomendaciones OMS
– Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
– No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
– Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
– Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las 5 claves para la inocuidad de alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas), así como elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento ni de prevenir enfermedades en animales sanos.
– No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
– Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
– La resistencia a los antibióticos está poniendo en riesgo los logros de la medicina moderna. Si no disponemos de antibióticos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, los trasplantes de órganos, la quimioterapia y las intervenciones quirúrgicas se volverán más peligrosas.
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