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Aunque desde hace aos los onclogos han estado advirtiendo sobre la relacin entre el exceso de peso y el desarrollo de diversos tumores malignos, se trata de un vnculo cuyos mecanismos no estn completamente claros.
Ahora, investigadores del Trinity College de la Universidad de Dubln (Irlanda) acaban de publicar un estudio que aporta evidencias sobre el tema.
Publicado ayer en la revista mdica Nature Immunology, el trabajo concluy que la obesidad limita la vigilancia inmunolgica, un sistema de defensa del organismo que reconoce y destruye las clulas tumorales antes de que estas crezcan y se multipliquen de forma descontrolada.
El hallazgo no es menor, si se considera que ms de un tercio de los adultos en el mundo tiene sobrepeso y que el escenario es an menos alentador en Chile, donde el 31,2% de la poblacin es obesa.
“A pesar del aumento de la conciencia pblica, la prevalencia de la obesidad y sus enfermedades relacionadas contina. Por lo tanto, existe una mayor urgencia para comprender las vas por las cuales la obesidad causa cncer, para as desarrollar nuevas estrategias para prevenir su progresin”, dijo Lydia Lynch, autora principal del estudio y profesora de inmunologa en Trinity College.
Su equipo trabaj con clulas humanas llamadas NK o natural killers (asesinas naturales), las cuales forman parte del sistema inmune y cuya funcin es destruir a las cancerosas.
Luego de implantarlas en ratones, descubrieron que estas se obstruyen y reducen su capacidad para funcionar en los individuos obesos debido al exceso de grasa en su cuerpo.
“Es un trabajo muy relevante porque hasta ahora se saba muy poco del impacto de la obesidad en el sistema inmune”, comenta Eva Bustamante, licenciada en bioqumica y jefa de oncogenmica de la Fundacin Arturo Lpez Prez.
“El estudio indica que aunque la grasa no impide que las clulas defensoras reconozcan a las tumorales, s impide que las destruyan”, explica la especialista. Y agrega: “Ac vemos que hay un claro deterioro del sistema inmunolgico, una evidencia fuerte y concreta de que se aumenta el riesgo de padecer cncer”, aade.
Pese a ello, la segunda parte del estudio arroj una buena noticia: los cientficos pudieron reprogramar estas clulas para que retomaran sus funciones, lo que abre una ventana a la creacin de posibles frmacos.
Sin embargo, la doctora Bustamante cree que el mejor enfoque es la prevencin. Lo mismo opina Rodrigo Muoz, director del centro de Tratamiento de la Obesidad de la Red de Salud UC Christus e investigador de la Universidad Catlica.
“Estudios anteriores han encontrado otros mecanismos de la obesidad que explican la aparicin del cncer”, dice Muoz. “Hoy se sabe que las clulas adiposas secretan elementos que favorecen la proliferacin de clulas malignas, de manera tal que lo principal es prevenir”, puntualiza el mdico.
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