[ad_1]
La vida de Charly García, quien hoy cumple 67 años, se puede dividir en distintos capítulos y todos ellos son atrapantes. Desde sus inicios en el Conservatorio Thibaud Piazzini, pasando por la formación de Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros, su carrera solista, los escándalos que protagonizó y tantas otras cosas más…
Pero, sin dudas, un capítulo intenso, valiente y peligroso fue cuando estuvo al frente de Serú Girán, banda que convivió con la época más oscura de la historia del país: la última dictadura.
Serú estaba compuesto por un verdadero seleccionado de músicos: Charly García, en voz y teclados; David Lebón, en guitarra y voz; Pedro Aznar, en bajo y voz; y Oscar Moro, en batería. Cuatro artistas excepcionales.
Durante esos años, Charly generó una identificación entre los jóvenes expresando parte de lo que estaba pasando a partir del uso de metáforas.
“La aparición de la censura anunciando la llegada del Proceso llevará a los letristas a desplazar sus retóricas hacia el campo de la alusión, la perífrasis, la presuposición y el implícito. A narrar la sobrevivencia cotidiana en medio del terror”, dijo alguna vez el sociólogo Pablo Alabarces. Y eso es lo que hizo García: habló de la dictadura sin hablar de la dictadura y los represores no lograron captar el mensaje.
Una de las canciones de García más identificadas con esa época es “Alicia en el país“, que formó parte del álbum Bicicleta, de Serú Girán, en 1980. Invitado por Felipe Pigna para el programa de televisión Qué fue de tu vida el 19 de enero de 2012, el propio Charly explicó cómo compuso ese tema: “Cuando hay un enemigo visible, uno se tiene que esforzar más para protestar y que no se den cuenta. Me puse metafórico pero bastante directo. Bastante directo porque hablaba de las torturas; de las morsas, que era Onganía; los brujos, que era López Rega”.
En ese reportaje recordó un hecho puntual que sirve para graficar cómo se vivían esos duros años: “Yo creo que los recitales de Serú Girán en Obras eran lugares de resistencia. La gente iba ahí y se expresaba. Una vez se iban a llevar a una chica en cana y yo paré el concierto y le dije al iluminador: ‘Iluminá ahí’. Y entonces estaba el tipo con la mina y le digo: ‘Somos 5.000 contra uno’. Y no se la llevó”.
Consultado sobre si sentía el peso de ser un referente en una época tan difícil, respondió: “Sí, pero me daba una mezcla de paranoia y orgullo porque había que tener huevos para estar todo el tiempo tan expuesto; y cuando escuché (la canción) ‘Working Class Hero’ (‘Héroe de la clase trabajadora’), de John Lennon, me sentí muy identificado”.
En diálogo con Infobae, el músico y periodista Walter Domínguez, autor de Serú Girán. La historia, contó en qué consiste la obra que recorre la trayectoria de la emblemática banda.
-¿Qué te impulsó a escribir sobre Serú Girán?
-Mi amigo y manager, Luis Mielniczuk, me dijo que la Editorial Planeta tenía ganas de hacer un libro sobre Serú. Enseguida pensé que era para mí, porque fui y soy muy fan de la banda. Me incentivó que no hubiera ningún libro sobre el grupo y me puse en la cabeza que el mío fuera el primero. ¡Afortunadamente, lo logré!
-¿Cómo definirías el libro en una frase?
-Es un libro que contiene tres miradas; la del fan, la del periodista y la del músico: soy las tres cosas y creo que pude sostenerlas, cada una con su dimensión propia.
-¿Qué va a encontrar el lector en las páginas de Serú Girán. La historia?
-La cronología de una banda que marcó una gran época de la música argentina, que fue el primer supergrupo en varios aspectos (musicales, de popularidad, de organización), contados por un testigo presencial en muchos casos. Un análisis musical disco por disco. Los recuerdos de un adolescente entusiasta del rock argentino, que aún no era masivo. Y también la historia de lucha de Serú, porque empezaron siendo muy criticados y a fuerza de talento lograron convencer a todo el mundo.
Hablo de los talentos de cada uno de sus integrantes y de cómo, juntos, eran aún una fuerza superior a la suma de las partes. Y también de la amistad entre ellos, algo que fue fundamental tanto en la separación (cuando aceptan que está bien que Aznar deje la banda para irse a estudiar a los Estados Unidos y a tocar con Pat Metheny y deciden no reemplazarlo) como en el regreso posterior de 1992.
-En la obra contás que el 28 de julio de 1978 faltaste al colegio por hacer cola en el Luna Park. ¿El relato tiene mucho de tu historia personal?
-Sí, el relato está signado por mi historia personal, además de la investigación periodística y del análisis musical. Me parecía interesante contar “mi” historia con la banda. Las veces que me partieron la cabeza, las que me emocionaron…
También están las opiniones de otros músicos (Juanse, “El Zorrito” Quintiero, Palo Pandolfo, Iván Noble, Hilda Lizarazu, Fabiana Cantilo, Héctor Starc -que además fue su sonidista- y Willy Iturri). Más la de Daniel Grinbank, que estuvo con ellos desde el principio. Ellos también cuentan su relación personal e individual con Serú.
-¿Qué es lo que más te gustó del libro?
-Poder hacerlo, reencontrarme con parte de mi historia, mi memoria, y volver a escuchar esa música tantos años después con el mismo placer. Y con otros oídos, menos jóvenes pero más entrenados. Y que me siguiera gustando tanto.
-¿Cuánto tiempo te llevó hacerlo?
-Un año, aproximadamente.
-Por último, ¿qué significó para vos la obra de Serú para el rock nacional?
-Son parte de la historia más grande del rock argentino. Inauguraron Obras Sanitarias, dieron el primer concierto para más de 50 mil personas, fueron la primera banda nacional en tocar en River. Y tienen canciones que van a quedar por siempre en la memoria popular: “Seminare”, “No llores por mí, Argentina”, “Desarma y sangra”, “Nunca pensé en encontrarme con el Diablo”, “Eiti Leda”. Son un referente de la cultura de nuestro país.
Source link